Claramente se palpita que el panorama electoral provincial, de cara a las PASO del domingo, está dividido. De las opciones sobresaldrían sólo dos, a pesar de los siete precandidatos a gobernador y de los 14 precandidatos a intendentes en la ciudad Capital. Pesan los 12 años del gobierno justicialista de Juan Carlos Romero y los ocho de otro gobierno, también justicialista, a cargo del actual gobernador y precandidato, Juan Manuel Urtubey. Si bien este último gobierno inició el camino con la alianza FPV-Partido Renovador, hoy devino en una fórmula netamente justicialista junto al actual intendente capitalino, Miguel Isa, quien, por otra parte, deja atrás 12 años de intendencia de la Capital.
Los partidos minoritarios perdieron protagonismo ante estas dos opciones que utilizaron durante los últimos 20 años el aparato estatal para instalarse y crecer en apoyo electoral. Llama la atención el curioso caso del Partido Obrero, uno de los partidos chicos. Con una buena elección legislativa en 2013, en donde ubicaron un diputado nacional, cuatro diputados provinciales, una senadora provincial y 9 concejales capitalinos -sobre un total de 21-, hoy busca la poltrona del Ejecutivo, aunque -según las encuestas- está todavía muy lejos. Se muestra optimista y confía en el cansancio de los 926.825 salteños que estarán en condiciones de votar, un 12% más que en las elecciones de 2011.
Las PASO serán un indicio de los números reales para los principales contendientes, a partir de los cuales estudiarán las estrategias de cara a las elecciones generales del 17 de mayo donde se juega a todo o nada. Para el resto, PO, UCR, Frente Popular y demás partidos minoritarios, las PASO les permitirán instalarse o seguir en la vidriera del electorado, pero de cara a las elecciones legislativas de 2017 o a las ejecutivas de 2019.